viernes, 31 de julio de 2015

Capitulo 112




Pedro:



Por supuesto que la noche tuvo el cierre tan esperado…Ambos descansaban sobre la cama, abrazados, abrochados…intentando controlar su respiración, prometiéndose palabras de amor. 

  El estado en el que estabas era simplemente indescriptible. No podias dejar de mirarla, de adorarla con tus ojos, y es que todavía te costaba mucho trabajo creer que finalmente estaban juntos después de todo lo que había pasado... Porque si, habían pasado por muchas, pero el amor pudo con todo eso.


Acariciabas su espalda tan suavemente, para vos era como el cristal, había veces que temías romperla, ella era tu sueño, ella era tu muñeca de porcelana, ella lo era todo.








-¿en que pensas?—pregunto ella, rompiendo el silencio que reinaba en el cuarto—

-En vos—respondiste sin siquiera dudarlo. La miraste, ella sonrio…era la verdad, estabas pensando en ella y nada mas que en ella—

-¿si? ¿Qué cosa?—pregunto, mientras acariciaba tu pecho…esas caricias que te daban tanta paz—

-En cuanto te amo, y en la suerte que tengo de tenerte—dijiste y la sentiste reir—en lo feliz que quiero hacerte—dijiste—

-Yo tambien te amo…y lo haces, soy muy feliz—dijo ella, y la miraste. A veces pensabas en cuanto la hiciste sufrir, en cuantas promesas habias roto…pero tu amor por ella era tanto, que querias alejarla de cualquier dolor, aunque todo te saliera mal—

-Aunque no lo supe hacer bien…era lo único que buscaba y queria, amarte y hacerte feliz—dijiste soltando un suspiro, ella levanto su cabeza y se acerco para besarte—

-Te amo…te amo muchísimo—dijo pegando sus labios a los tuyos. Una vez que se separaron, te quedaste mirando sus ojos…construyendo su propia burbuja. Hasta que fue rota por el ruido del teléfono de Pau…tu corazón comenzó a latir pensando en tu hija. Paula atendió rápidamente—¿Hola?—la escuchaste decir, mirabas sus expresiones atentamente—Ah…Ari, ¿Cómo estas?—pregunto ella, mientras se separaba de tu abrazo y se sentaba en la cama…te tensaste a escuchar su nombre—¿Si? ¡que bueno!...pero, ¿sos boludo, como no te avivaste antes?—dijo ella riendo—¿estas en el aeropuerto todavía?—la escuchaste preguntar, y deseabas saber de que tanto hablaban, aunque claramente podias hacerte una idea, y era que estaba en el país—pero podes venir a casa, no tengo problema…Si, te paso la dirección por mensaje y te venis—dijo Paula y volviste a tensarte, ¿Cómo que venia a tu casa?—si gordo…te espero. Un beso—dijo ella, para luego cortar la llamada y levantarse de la cama—

-¿A dónde vas?—preguntaste—

-Voy a preparar el otro cuarto mi amor…va a venir Ariel, su mama justo viajo y no alcanzo a decirle que viajaba, y su papa no esta en el país—dijo ella, mientras caminaba hasta el vestidor para cambiarse—

-¿y no podia ir a un hotel?—preguntaste—

-No—dijo ella, mientras dejaba su ropa en la cama para comenzar a vestirse—

-Pero era nuestra noche Pau…pense que íbamos a estar juntos—dijiste y ella te miro—

-Yo tambien mi vida…pero no puedo dejar que vaya a un hotel—dijo ella y frunciste el ceño—

-¿Por qué no?...es grande, puede ir a otro lado, tenemos a nuestra bebe—dijiste—

-Es grande, ya se…de poder irse puede hacerlo, pero quiero que se quede aca. Me banco mucho Pedro…estuvo conmigo en todo mi embarazo, no me dejo sola…fue mi único apoyo, y quiero devolverle un poco todo lo que hizo por mi—dijo y sentiste como un puñal en el estomago. Sabias perfectamente que no habias estado durante su embarazo, y no te perdonarías nunca por ello…pero que te lo dijera era…duro—

-Puedo pagarle una habitación de hotel si quiere—dijiste—

-¿Qué tanto problema tenes?—pregunto ella, molesta—

-¿Qué problema tengo?, que los dos sabemos perfectamente lo que siente por vos—dijiste, y algo de eso tambien habia. Ariel estaba enamorado de Paula, estuvo en tu lugar por un tiempo, la cuido como vos no lo hiciste…pero no era necesario que lo trajera a su casa—

-Pedro...eso ya paso, ya fue—dijo ella. Y por un momento llegaste a pensar…que ellos en España, pudieron haber tenido algo. Ella estaba frágil, y no creías que Ariel fuera tan estúpido para no aprovecharse de eso para que Paula siquiera se fijara en el—

-No se si ya fue…pero estoy seguro que cuando estuviste sola con el, no desaprovecho oportunidad para estar cerca tuyo—dijiste y ella te miro, estaba seria—

-¿me estas diciendo enserio? ¡¡¿estas loco?!!—dijo elevando su voz—

-¡No estoy loco!...estoy diciendo lo que pienso. Habrá hecho todo cuanto pudo para que te fijaras en el—dijiste mientras te sentabas en la cama y comenzabas a vestirte tambien—

-¿Te estas escuchando?...estaba embarazada de un hombre que me dejo, y que no quiso saber nada de mi, ¿y pensas que tenia la cabeza para siquiera pensar en empezar otra relacion? ¡¿Qué pelotudez es esa?!...y si, tenes razon, hizo mucho, pero no para que me fijara en el, lo hizo para cuidarme, en ningún momento me dejo sola…en cambio vos—dijo y sentiste como si hubiera sido una cachetada. La miraste fijamente…ella hizo silencio—

-¿en cambio yo que?—preguntaste, ella te dio la espalda—¡¡¿yo que Paula?!!—dijiste levantando la voz— 

-¡en cambio vos me dejaste sola!—dijo gritándote al mismo tiempo que se daba la vuelta y te miraba con furia—

-Sabes perfectamente como pasaron las cosas…me encargue de explicártelo, solo quise cuidarte, alejarte del dolor—dijiste ¿y la escuchaste reir?—

-Alejándome del dolor y tirándome a un vacio total…¿Qué más dolor que ese?, alguien que te prometió amor eterno y termino dándote la espalda—dijo ella…tus ojos se humedecieron—

-Pensé que me habías perdonado…pero parece que me equivoque—dijiste y terminaste de vestirte. Tus ojos luchaban con soltar las lagrimas que venias conteniendo, pero ya lo harias, cuando estuvieras fuera de este lugar—





Saliste del cuarto sin decir palabra alguna… buscaste tu abrigo el cual lo dejaste tirado por ahí en el momento en que llegaron. Agarraste las llaves de tu auto y te dirigiste a la puerta.






-Pedro…-escuchaste a Pau llamarte, pero no te diste la vuelta—

-Voy a buscar a Paz a la casa de mama, mañana la traigo temprano….Nos vemos—dijiste, y saliste 
sin mas--




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 Buenas!!!!! acá estoy, presente, cumpliendo con ustedes! les dejo el capitulo Ciento doce, que espero les guste y  mas todavia, que COMENTEN. es lo único que les pido.




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jueves, 30 de julio de 2015

Capitulo 111






Hoy era sábado, un día tan esperado para vos, o bueno, para Pedro y para vos. 

Saldrían a cenar juntos, y solos por primera vez en mucho tiempo, si bien habían salido a cenar varias veces, nunca lo habían hecho sin Paz, y hoy, Anita se habia ofrecido a cuidarla, habían dudado muchísimo en hacerlo, nunca la habían dejado solita y hoy lo experimentarían… Por la tarde tu suegra habia pasado a buscar a tu hija y ahora mismo estabas arreglándote mientras esperabas a tu Romeo, quien por cierto…estaba trabajando mucho últimamente.

 Este último tiempo le habían tocado tiempos complicados, que lo  hacían llegar tarde por las noches…era por ese mismo motivo que te habia invitado a cenar, sentía que estaba descuidándote y la sola explicación te hizo sentir la mujer mas amada del mundo, lo amabas a cada minuto un poco mas.
Eran las 22:00 de la noche, Pedro aun no llegaba y vos  estabas terminando de maquillarte, suspiraste mientras mirabas el reloj una vez mas.


 Tu corazon comenzo a latir fuertemente, empezabas a preocuparte cuando escuchaste el ruido de la puerta…largaste un suspiro cuando viste a Pedro entrar al cuarto.








-Hola mi vida…perdón, hice lo mas rápido que pude—dijo el, abrazandote por la cintura y besando tu cuello—

-Ya estaba preocupándome…anda a bañarte que te preparo la ropa—dijiste y el volvió a besar tu 
cuello—

-estas preciosa…me voy a bañar—dijo y soltándote se dirigió al baño—







Pedro termino de bañarse rápidamente, y luego de que se vistiera, ambos salieron del departamento tomados de la mano. Sonreias ampliamente, sentias como si fuera la primera vez que saldrías con el, sentias las dichosas mariposas en la panza.

Camino al restaurante, tu amor tomaba tu mano y la besaba cada tanto, amabas ese gesto…te hacia sentir  única. Te sentiste otra vez…la misma Paula que iba con Pedro al club de la milanesa, la misma Paula que caminaba en pijamas por la calle hasta llegar a la casa de su novio.








-¿Y esa sonrisita?—escuchaste la voz de Pedro, alejaste esos pensamientos y lo miraste—

-¿Qué sonrisita?—preguntaste y el llevo tu mano a su boca para besarla otra vez—

-nada…me estaba acordando de las primeras veces que salíamos a comer juntos. Me siento asi, aunque extraño a la chanchita—dijiste y el te sonrio, tenia un brillito en sus ojos, y estabas segura de que ese mismo brillito lo tenias vos al mirarlo a el, al pensar en el…--

-¿Si?...¿extrañas esas épocas?—pregunto el y reíste—

-No te voy a negar que extraño esos días, pero este presente no lo cambio por nada—dijiste segura, porque asi era, esa era la verdad. No cambiarias a tu familia por nada—

-Yo tambien extraño…algunas cosas, pero el dormir juntos y no tener que trepar el árbol para hacerlo no se compara con nada—dijo el y rieron juntos—¿sabes lo que extraño enserio?—te pregunto mientras se detenían en un semáforo—

-¿Qué cosa?—preguntaste sonriendo—

-tus cartitas…las que me escribías en el colegio, las tengo por todo mi escritorio—dijo el y reíste—

-sos un tarado—dijiste—y mira que era la persona mas anti amor del mundo…no se que me hiciste—dijiste encogiéndote de hombros—

-Me robe tu corazon—dijo el tirándote un beso y siguiendo con su camino—







Una vez que llegaron al restaurante que el habia reservado para esa noche, ambos se sentaron frente sonriéndose como dos estúpidos enamorados, y es que asi era. Lo estaban completamente.








-¿Cómo estuvo tu dia hoy?—pregunto el—

-Como siempre…despues de las clases, fui a hacer el curso que te dije, aunque ya tengo el titulo de 
bailarina, este me sirve para que algún dia pueda poner mi propio estudio—dijiste y el asintió sonriendo—¿Qué pasa que me miras asi?—preguntaste, el lograba ponerte nerviosa todavía—

-Nada…sos la mas hermosa del mundo—dijo el haciéndote reir, el tambien lo hizo—

-Loquito—dijiste tirándole un beso—¿para que me trajiste aca?—preguntaste y el te miro—

-¿no te puedo invitar a cenar ahora? ¿no queres estar a solas conmigo?—pregunto el, haciéndose el ofendido, vos reíste—

-sabes que te estoy jodiendo amor...¿que vamos a comer?—preguntaste y el solto una carcajada tirando su cabeza hacia atrás. Amabas su risa…lo amabas a el—

-Tu lado gordito siempre presente—dijo el y le sacaste la lengua—

-¿para eso me trajiste? ¿para decirme gordita?—dijiste y el te sonrio—

-te traje para que hablemos de los hermanitos de Paz—dijo el y quien solto la carcajada esta vez fuiste vos—

-estas loco si pensas embarazarme otra vez—dijiste y el te miro—

-¿asi llamas a nuestras demostraciones de amor?—pregunto exagerando y reíste—

-cortala…no, no quiero—dijiste—

-¿no queres mas pepitas o pepitos?—pregunto el, haciendo pucherito—

-No, tengo suficiente con dos…deja de hablar al pedo y pedi la comida—dijiste y el rio—

-Esta noche vas a ver como cambias de opinión—dijo el, guiñándote un ojo, vos reíste ante sus armas de “seducción”—

-¡Pedro!...basta—dijiste—

-eso no lo decis cuando…—dijo y estuviste a punto de decirle algo cuando llego el mozo, vos estabas roja como un tomate, pero era porque tu amor no dejaba de decir boludeces. El te guiño un ojo—






Cenaron entre risas y recuerdos…recuerdos que los hizo sonrojar mas de una vez, recuerdos que los hicieron reir…recuerdos que los hicieron enamorar aún más.

Esa noche prometía mucho, si bien se tomaron su tiempo para cenar…ambos sabían lo que pasaría luego, y estaban esperándolo con ansias.  Estarían solitos y podrían disfrutar de su amor libremente. 

Y cuando decidieron volver a casa…en el auto.









-¿puedo decirte algo?—pregunto el mirándote mientras sonreia—te juro que estoy callándomelo desde hace unos días, pero no quiero que te asustes—dijo el, y tu corazón comenzó a latir otra vez. Le sonreíste…se miraban pícaramente--

-¿Qué pasa?—preguntaste…querias saber que era lo que seguía. Pero sabias por donde venia la mano…recordabas aquel dia como di hubiera sido ayer. Decidiste seguirle el juego--

-bueno…como ya sabes y te lo dije infinidades de veces…me encantas—dijo el, y bajaste la mirada mientras reias. Lo escuchaste suspirar y…—quiero estar a solas con vos—dijo y lo miraste. El te sonrio y solo hiciste silencio—¿me fui al carajo?...perdon, no te quise poner incomoda—dijo y mordiste tu labio al recordar el dia en el que tuvieron su primera vez—

-No…no me pusiste incomoda, tranquilo—dijiste, haciéndote la timida, el apretó tu mano—

-yo se que capaz pensas que ya tuvimos momentos a solas…pero lo que te quiero decir es que—hizo una pausa y al mirarse con complicidad, rieron los dos—

-No aclares que oscurece…no soy estúpida Pepe—dijiste y rieron nuevamente—

-¿puedo llevarte a casa?—pregunto el y sonreíste—

-Si podes…quiero que lo hagas—dijiste saliéndote de tu papel. Y acercándote para besarlo—quiero que me hagas sentir mujer—dijiste cerca de sus labios. Y el dejo de respirar, estuviste a punto de reir
—hoy solo estamos vos y yo—dijiste susurrando, y sin esperar un segundo mas, encendio el auto—



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miércoles, 29 de julio de 2015

Capitulo 110



Paula:




Despertaste por la sensación de vacío que sentias a tu lado. Tus parpados lucharon contra el sueño, perdiendo la guerra a pesar del impulso que te habia hecho reaccionar. Metiste la cabeza debajo de la almohada refugiándote de los rayos del sol que entraban por la ventana,  inhalaste el aroma que las almohadas desprendían y sonreíste…el olor de tu amor estaba por todos lados. Decidiste despertar, asi que te sentaste en la cama y finalmente te levantaste. Miraste tu ropa y reíste, tenias solo la camisa de Pedro porque habias dejado sacar la tuya por el. Te estremeciste al recordar ese proceso, y sacudiendo tu cabeza te dirigiste al baño para higienizarte.

Cantabas una canción cuando el ruido de la puerta abriéndose te desconcentro; Pedro te dio los buenos días con una sonrisa enorme, sosteniendo a una sonriente Paz y una bandeja con el desayuno, parecia que los botones lo venían molestando porque ni siquiera se molesto en prenderse la camisa, cosa que dejaba ver su pecho….tragaste con fuerza cuando no pudiste soportar el peso de su mirada  y erróneamente bajaste la vista a sus pantalones. El rio con fuerza y se dio la vuelta dejándote ver su …patio trasero, bueno…que la verdad era un espectáculo. Linda colita tenia el papa de tu hija.  
Tenias un problema hormonal grave…muy grave.





-Mi amor…buen dia—dijiste entrando al cuarto con ellos. El te abrazo por la cintura con tu hija en brazos y te beso—

-Hola hermosa—dijo besando tu mejilla—

-¡Hola bebe!—dijiste, ella pego un gritito y se acurruco contra Pedro. ¿tan rápido se olvido de mama?. Te acercaste y la besaste en la mejilla, Pedro rio y la recostó en las almohadas que estaban 
esparcidas por toda la cama—

-¿Cómo amaneciste vos?—pregunto Pedro y le sonreíste, vos te sentaste en la cama al lado de tu hija—

-Muy bien—dijiste y el tambien sonrio. ¿Cómo no amanecer bien con la estupenda noche que habían pasado?—





El colchón se hundio con su peso cuando se sento en la cama, para poner la bandeja en tus piernas mientras besaba tu mejilla.







-¿Qué haces?—preguntaste cuando te empujo hacia adelante y se puso detrás tuyo rodeando tus muslos y caderas con sus piernas.

-Alimentándote mi amor—dijo el, mientras untaba mermelada en una tostada y la acercaba a tu boca. Sonreíste y abriste la boca para hacerlo, mientras tu bebita jugaba a su lado. Estabas comenzando a disfrutar que te tratara como a un bebe—

-Esta muy rico mi vida—dijiste mientras tomabas un sorbo de café. El dijo un “gracias” y beso tu mejilla mientras te abrazaba—






Terminaste de desayunar entre mimos y caricias por parte de el…Y ahora, mientras tu bebita gateaba por toda la cama buscando la atención de papi, vos juntabas todas las cosas para llevarlas a la cocina.







-¿Le cambiaste el pañal?—preguntaste antes de salir del cuarto. El asintió entusiasmado y reíste  cuando lo hizo, Pepe agarro a Paz y te siguieron hasta la cocina, donde deposito  a tu bebe en la alfombra y comenzo a caminar de la mano de su papa. Sonreiste…como los amabas.  Era un hecho de que Paz estaba bien cuidada y feliz por el, lo que de alguna manera el haberle dado una nueva oportunidad ya note parecia tan malo—¿Dónde dejaste mi ropa mi vida?—preguntaste y  una sonrisa picara y traviesa, casi pervertida apareció en la cara de Pedro. Te sonrojaste rápidamente.

-En el cesto de la ropa sucia…donde me obligas a poner todo—dijo el y reíste. ¿Cómo no lo pensaste antes?—







Pedro te siguió con tu hija en brazos, y sabias perfectamente porque lo hacia….tenías su camisa puesta y le dejabas una vista panorámica de tus piernas. Decidiste ponerte ropa limpia, aunque la que Pedro te habia quitado tambien lo era, ya estaba en el cesto, no tenia sentido sacarla para ponértela de nuevo.






-¿te sigue doliendo la cabeza amor?—pregunto el y buscaste su mirada, sus ojitos mieles y melosos que te miraban. Ayer habían peleado por la poca cooperación que el ponía en la casa. Y para tu mala suerte, habia llovido torrencialmente, era el cumpleaños de uno de los mejores amigos de Pedro y fueron a jugar al futbol, cuando volvió,  tu amor no tuvo mejor idea que llegar mojado y lleno de barro como estaba y sentarse en los sillones…reventaste, pero te armaste de paciencia.—

-depende—dijiste—tuvimos una linda reconciliación, pero jamas hablamos de lo que paso—dijiste y el bajo la mirada mientras tomaba las manitos de tu bebe. Ahora estaban bien, pero anoche habia sido una guerra campal—

-Ya se mi amor…no me di cuenta—dijo el—

-casi te asesino, Paz estaba gateando por aca—dijiste y el asintió—

-Si…ya se…perdón—repitio como tantas veces lo habia hecho anoche—

-Ya te perdone…pero podrias poner de tu parte tambien, no estoy diciendo que limpies todo, pero podes empezar por acomodar tu ropa,  no pido mucho—dijiste—

-Te lo prometo—dijo y se acerco para besar tu mejilla—¿Puedo llevarlas a almorzar?, esta lindo el dia para ir a comer afuera…despues la llevamos a la plaza—dijo el y sonreíste. ¿Cómo decirle que no?...por supuesto que si, aceptarías este dia familiar—

-Obvio mi amor…¿despues podemos ir a ver a papa?, me estuvo atormentando toda la semana, le dije que si—dijiste y el beso tu mejilla—

-Si vamos a ir…y el mañana, mama me dijo que avisemos en tu casa que estan invitados a almorzar—dijo y sonreíste. Anotadisima estabas, amabas ir a casa de tu suegra…todo era tan lindo ahí—

-si…tambien van a ir, o bueno, yo si, de cabeza…hay mucha comida—dijiste y Pedro solto una carcajada—

-Salio a flote la gorda interior—dijo el y golpeaste su brazo—

-Ei…te calmas—dijiste—

-¿sale baño familiar?—pregunto el  y sonreíste—

-Obvio—dijiste—






Una vez que preparaste todo para el baño, los tres se metieron en la bañera, que por suerte era bastante grande, lo que les permitio jugar con tu bebita. Como amabas estos momentos con ellos…mas que a tu vida misma.





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martes, 28 de julio de 2015

Capitulo 109




Pedro:




Hoy era lunes, favorablemente, tu día de descanso a la semana, el que habías elegido para estar con tu familia…bueno, eso fue antes de que Paula decidiera trabajar.

Ahora mismo, estabas tratando de abrir completamente tus ojos, Paz estaba a tu lado, pero ella seguía dormida, y era Paula quien no estaba en la cama. Suspiraste…abriste los ojos como platos al recordar que ella se iria…y tendrías que cuidar a tu hija vos solo. La sola idea te daba terror, pero…tenias que poder, eras su papa y algún dia este momento iba a llegar, quisieras o no.


Te levantaste suavemente y pusiste almohadas alrededor de tu bebita, para luego ir hacia el baño, 
donde su mama estaba cepillando sus dientes.







-Buen dia bombon—dijo ella, cuando hubo enjuagado su boca—

-Hola mi amor…buen dia—dijiste acercándote a ella por detrás y abrazándola por la cintura—

-¿Cómo amaneciste?—pregunto ella, acariciando suavemente tus antebrazos—

-muy bien…rodeado de princesas—dijiste y ella sonrio—

-¿desayunas conmigo?—pregunto y asentiste—

-¿queres que lo prepare?—preguntaste y ella negó—

-no…lo hago  yo, me gusta hacerte el desayuno—dijo y le sonreíste para luego besar su mejilla—

-¿no puedo hacer nada para que te quedes, verdad?—preguntaste y ella solto una pequeña risita—

-mmm no, nada mi amor—dijo ella y se dio la vuelta para rodear tu cuello con sus brazos—¿Por qué no queres que vaya? ¿Por qué tan machista?—dijo sonriendo y besaste su mejilla. Si supiera que esta vez no tenia nada que ver con eso…solo era el terror que tenias a quedarte solo con tu bebita—

-porque te quiero para mi—dijiste, y ella beso tu mejilla—

-vuelvo para el almuerzo…tengo que cocinar para mis amores—dijo ella, y la abrazaste—

-okey…nada de lo que diga va a hacerte cambiar de opinión—dijiste dejando escapar un suspiro—

-no mi vida—dijo ella riendo—¿me vas a decir que te pasa?—pregunto ella y la miraste—

-tengo miedo…nunca me quede solo con ella—dijiste un poco asustado y ella te miro mordiendo su 
labio inferior—

-¿era eso?...mi amor, estoy segurísima de que vas a poder. Además, se la van a pasar jugando…¿o no?, además te voy a dejar todo preparado—dijo ella besando tu cuello—no te asustes, jamas dejaría que hicieras algo que se que no podes hacer—dijo ella—

-¿me vas a decir como tengo que hacer todo antes de irte?—preguntaste—

-obvio que si—dijo ella, y te beso—bueno, me voy a prepararte  el desayuno—









Paula te dejo solo por un momento, momento que ocupaste para higienizarte, y luego correr hacia ella. 

Querias disfrutarla el poquito tiempo que te quedaba junto a ella, sinceramente no querias que se fuera pero bueno, no cambiaria de opinión, y también sabias perfectamente cuanto le gustaba bailar, y si eso la hacia feliz, vos tambien intentarias serlo, por ella…y en algún punto por vos, porque su felicidad tambien era la tuya…porque ahora, ella era tu vida y si tu vida queria hacer eso…entonces que lo haga, vos estarías ahí apoyándola.


Desayunaron entre mimos y caricias…amabas estos momentos en la mañana, los disfrutabas a cada uno de ellos.





Paula se fue tiempo despues…y si un dia pensaste que manejar tu propia vida seria lo  suficientemente difícil, estabas monumentalmente equivocado.

 Cuidar de Paz, sentir que ella dependía de vos en cada aspecto que pueda existir, era asfixiante y hermoso a la vez.  Por otro lado, nunca habias estado tan asustado. Temías que jugando se cayera, que se golpeara y que de algún modo llorara…y ahora mas que nunca te aterrorizaba no ser suficiente para ella.

Tu pequeña bella durmiente despertó en medio de llantos, fuiste testigo de como abrio sus ojitos y como fue capaz de sacarte una sonrisa.  La sacaste de la cama y el estar todavía dormidita la hacia mas manejable, caminaste con ella escondida en tu cuello hasta la cocina, para poder darle su leche, 
Paula dejo preparada la mamadera y te dijo que en caso de que se enfriara la calentaras, pero eso no fue necesario. Asi que fuiste hasta el living y te sentaste con ella en tu regazo dispuesto a darle la mamadera…y nunca habias experimentado algo igual, alimentar a tu propia hija…quien sonreía por tus morisquetas y que te prestaba atención a mas no poder. Tu corazon estaba que explotaba de amor. 

Tiempo despues, te encargaste de hacerle el provechito…y fue ahí cuando comenzo el tiempo de jugar, rodeaste a tu bebita de almohadas  y trajiste todos sus juguetes. Vos te sentaste en el suelo alfombrado con ella a verla embobado y enamorado como estabas. Te recostaste contra el sofá y comenzaron a jugar…pero tu bebita estaba empecinada en escalar por tu cuerpo para subir al sillon a buscar su pulpo morado, y no queria saber nada de otro peluche, solo ese.





-¿no queres este mi amor?—preguntaste mientras agitabas el elefante trompita de Paula frente a ella, quien te respondio con un gritito. Reíste, ¡que carácter princesita!, te dijiste a vos mismo—




Te quejaste una vez mas cuando volvió a subir por tu cuerpo intentando subir, parecia no aburrirse de ello, y es que estaban hace mas de media hora con lo mismo, pero al parecer, queria subir por su propia cuenta. Paz apoyo sus manitos en tus hombros, para luego pisar con su piecito tu costilla y levantarse, vos sonreíste y le diste un pequeño impulso hasta que por fin se quedo sentadita en la superficie de cuero, sin darse cuenta de que la ayudaste. Ella parecia feliz, y vos lo fuiste mas al verla sonriera. 


Miraste la hora una vez mas, y la tomaste para caminar con ella a la cocina, la sentaste en la mesada con vos, mientras sacabas su pure de manzana de la heladera…Acepto con gusto cada “avioncito” que llevabas hasta su boquita…lo hiciste hasta que suspiro como si estuviera llena y se dejo caer sobre tu pecho manchándote la remera gris que tenias puesta, bueh, no importaba, ya te cambiarias despues.

Volviste al living con ella a upa y te sentaste en el sillon encendiendo el televisor, y poniendo dibujitos para tu hija, y entretenida como estaba ella, aprovechaste a tomar el celular y llamar a su mama.





-Hola mi amor—dijiste cuanto ella te atendio—

-Mi vida…estaba a punto de llamarte, los extraño…¿Cómo la estan pasando?—pregunto ella, mientras escuchaba que marcaba el famoso “un, dos, tres, cua…”. Sonreíste—

-Muy bien, tambien te extrañamos…queremos que vuelvas—dijiste sonriendo como estúpido—

-falta poquito…sigan jugando, los amo—dijo ella—

-yo tambien mi amor…te estamos esperando—dijiste y cortaste la llamada segundos despues—




Tu dia como padre habia funcionado...


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lunes, 27 de julio de 2015

Capitulo 108







Cuando llegaste al estudio, te contraste con una María totalmente emocionada la ver a tu bebita, no la quería soltar, y hasta le regalo un pequeño tutu con el que se puso a dar pequeñas vueltitas, vos no podías estar mas contenta de verla asi, y estabas segura de que te encantaría que fuera tu alumnita, la mas mimada de todas.



Tu profesora de toda la vida, acepto que la ayudaras, y hasta te dijo que estaba a punto de llamar a Aitana para que lo hiciera.  Obviamente que estabas mas feliz que antes, podías hacerlo perfectamente, solamente tenias que ayudar en dos de las clases de la mañana, y por la tarde también dos, así que solo eran cuatro horas por dia, y cuatro días a la semana. Mejor no podia ser.

La sonrisa que tenías ahora, por supuesto era imborrable, volverías a trabajar, y más con algo que de verdad te encantaba, que era bailar. Volverías a hacerlo…como tantas veces habías soñado e imaginado. Ahora mismo estabas rumbo a la clínica para ver a tu amor. Tu bebita estaba felizmente mirando hacia todos lados en el cochecito…que bien te venia caminar un poco.

Y una vez que llegaste te encontraste con tu suegra, quien por supuesto se encargo de saludar a su nietita mas chiquita, la lleno de besos y  abrazos, pero cuando por fin se digno a soltarla, les hizo saber de su invitación a cenar esta noche. Reíste y abrazaste a Anita para luego seguir tu camino hasta el consultorio de Pedro, quien por suerte según la recepcionista no tenia pacientes. Con la mas grande de tu sonrisas abriste la puerta y dejaste entrar el cochecito primero.








-¡princesita!—escuchaste el grito de tu amor dentro—

-Buenas—dijiste en un cantito, para luego entrar despues—

-¡Hola mis amores! ¡que linda sorpresa!—dijo el, sacando a Paz del cochecito y besando su mejilla, para luego acercarse a vos y besarte. Te sonrio ampliamente—¿Qué andan haciendo por aca?—pregunto mientras ponía de pie a tu hija sobre el escritorio—

-Vinimos a ver a papito—dijiste y te tiro un besito—

-epa, epa…¿Qué tenemos por aca? ¿otra bailarina?—dijo mirando el pequeño tutu que Paz todavía tenia puesto. Ella respondio con un gritito mientras te llamaba—si…mama se vestia igual que vos—dijo el hablándole a su hija—¿y vos amor? ¿Cómo te fue?—dijo mientras sentaba a Paz en el suelo y le daba su celular—

-Bien mi vida…tengo el trabajo. Empiezo el lunes—dijiste mientras rodeabas el cuello de Pedro con tus brazos—

-¿si?...que bueno—dijo el, poniendo una sonrisa, pero sabias perfectamente que esa sonrisa no era totalmente sincera—

-mmm ¿Qué pasa?—dijiste, mientras desviabas la vista unos segunditos a tu bebe que parecia entretenida con el celular—

-¿Qué pasa con que?—pregunto el, al mismo tiempo que acariciaba tu cintura, vos le sonreíste—

-mmm no veo mucho entusiasmo y convencimiento en tu “que bueno”—dijiste mirándolo con curiosidad, el fruncio el ceño, y lo hizo exageradamente—

-¿Por qué no?, si de verdad me pone contento—dijo el y besaste su mejilla—

-¿me vas a decir?—preguntaste y el suspiro—

-¿es de vida o muerte que lo hagas?, quiero ser yo quien lleve esta familia, no estuve por mucho tiempo y quiero hacerlo Pau…déjame ser el hombre que ustedes necesitan, que necesitaron en su momento y que no estuvo—dijo el y mordiste tu labio inferior—

-pero…lo estas haciendo mi amor, sos nuestro hombre, y las dos te necesitamos…y creo que te diste cuenta solito, Paz sin vos no duerme, y yo sin vos me muero—dijiste y pegaste tu frente a la suya—eso no va a cambiar por que yo trabaje gordo—dijiste—ademas me gusta hacerlo, y mas sabiendo que lo hago haciendo lo que me gusta, que es bailar, y vos mas que nadie lo sabes—dijiste y el suspiro—

-okey—dijo rindiéndose—

-sos mi hombre—dijiste besándolo—el hombre de mi vida—dijiste—

-¿por casualidad no te encontraste con Natalia?, te la voy a presentar si no, además…quiero preguntarle si ya me puedo ir con ustedes—dijo sonriendo—

-no mi amor…no me la cruce, y dale….quiero que vengas con nosotras—dijiste—

-¿vinieron caminando?—pregunto con el ceño fruncido—

-sip—dijsite—

-¿solitas?—volvio a preguntar—

-sip—repetiste—

-¿Por qué no me dijiste y las iba a buscar? Podia haberles pasado algo—dijo el, y lo abrazaste—

-no exageres, son cinco cuadras mi  vida—dijiste y el beso tu frente—

-No soy un exagerado, quiero cuidarlas….ahora que las tengo conmigo, no me perdonaría jamas el que les pasara algo, pudiendo evitarlo, y si puedo hacerlo, voy a evitarlo siempre. Ustedes son mi vida, la única razon por la que estoy aca, la única razon por la que quiero vivir—dijo el, y sentiste tus ojos llenarse de lagrimas. Sabias perfectamente por lo que el tuvo que pasar, y ahora entendias el hecho de que quiera cuidarlas…pero la forma en que lo dijo, hizo que lo amaras aun mas. Nunca nadie te habia amado de esa manera, nunca te sentiste importante para nadie….y sin embargo, para el lo eras todo…eras su vida, su razon de vivir—

-Te amo mas que a nada en el mundo… te amo como nunca ame a nadie, te amo tanto que hasta llega a dolerme—dijiste, con la voz un poco quebrada—te amo Pedro, te amo—dijiste para luego besarlo, besarlo y besarlo. El pego su frente, y notaste que estaba un poco afectado por ese pequeño momento de sinceridad—

-Te amo…las amo. Y les juro que lo único que busco es hacerlas felices, amarlas, sacarles sonrisas, poner el mundo a sus pies—te susurro esto ultimo, logrando estremecerte—

-Sos el hombre de nuestras vidas—dijiste sonriendo, y miraste a tu bebe, quien los miro sonriendo—

-no sabes, ni siquiera imaginas cuanto estoy esperando la siesta… quiero que cuchareemos los tres, quiero llenarlas de besos—dijo besando tu mejilla—

-¿y que esperas?, vamos, asi almorzamos y nos vamos directo a la camita —dijiste y lo besaste—

-Ya mismo aviso que me voy con mis amores—dijo sonriendo—





Pedro vino feliz a buscarlas….y estaban esperando con ansias esa siestona que prometía muchos besitos y mimitos de tus amores.



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Buenas!!!!! acá estoy, presente, cumpliendo con ustedes! les dejo el capitulo Ciento ocho, que espero les guste y  mas todavia, que COMENTEN. es lo único que les pido.




Si hay MUCHOS, MUCHOS, MUCHOS comentarios, mañana tienen otro...pero solo si hay MUCHOS, y (con muchos  me refiero a mas de 10). Y CON NOMBRE DE TWITTER.


linda noche!!!! @PauliterBel.