martes, 26 de mayo de 2015

Capitulo 54






Esa noche, habías podido dormir bien, sin embargo, el dolor seguía. Tu papa había ido de viaje nuevamente pero no tan lejos, sino fuera de la ciudad…y prometió volver para cenar juntos.

Había pasado una semana…una semana en la que prácticamente no vivías, una semana en la que eras lo más similar un zombi que había.  Una semana en la que tu nuevo hogar se había convertido en tu cama, salías de ella para ir al colegio, que funcionaba como distracción y para ir a danzas, donde descargabas tu tristeza.



Hoy era domingo y las 11:00 am, y vos  recién arrancando tu día…día en el que decidiste por fin, después de una semana prender el celular.

Sabias por Clarita que tus amigas llamaban a cada rato preguntándole como estabas, ya les habias explicado la situación…tu situación. Obviamente que se mostraron molestas y con intenciones de ir a matar a Pedro, pero su apoyo no falto en ningún momento…todos los días despues del colegio, una de ellas venía con vos  a tu casa para hacerte compañía…estabas tan agradecida, no sabias que harías sin ellas, les dejaste dicho que hoy las llamarías vos misma, que por ahora necesitabas estar sola y así era.  Estabas tirada en el living y con Luca a tu lado…tu casa estaba en silencio, porque Clara y Oscar habían ido a almorzar con sus familias.


Suspiraste al ver que comenzaron a caer cataratas de mensajes y llamadas perdidas…Menos de la mitad eran de tus amigas, la otra parte…eran de Pedro. Fuiste a bandeja de entrada y verificaste cuantos mensajes de  él había allí. Dieciséis…respiraste profundamente y abriste el primero de ellos.








“Pau…mi amor, todo tiene una explicación…no es lo que parece”…reíste amargamente. Si, claro. Pensaste con sarcasmo.

“No sé a dónde estás…te fuiste corriendo y no te pude alcanzar. ¡atendeme por favor!”

“Mi vida…por favor, necesito que me dejes explicarte…por favor”

“¿Dónde fuiste?...me recorrí toda la ciudad intentando encontrarte…decime que estas bien”








El resto eran todos parecidos…con más o menos palabras, pero todas derivaban a que lo dejaras explicarse…como que si aquello que habías visto tenía una. O bueno, si la tenía…estaba con su prometida.  Vos eras su amante…todo este tiempo fuiste su amante Paula.  Tus ojos volvieron a humedecerse, y la cabeza de Luca se posó en tus piernas, acariciaste su pelaje una y otra vez y las lágrimas comenzaron a caer…todo este tiempo que dijo amarte,  era una completa mentira. 

Seguramente, cada día después de verte,  se iba con ella…y vos como una estúpida imaginando  que siquiera, el estaría pensándote…extrañándote.


Tu mente viajo a la foto de su consultorio, que misteriosamente había desaparecido…quizás había percibido que notaste ese detalle, pero seguramente la saco para no tener problemas…O la vez que estaban en su casa, disfrutando de la mutua compañía, después de no haber ido al colegio. Esa llamada que lo hizo tener que irse…los rotundos “no” acerca de su situación sentimental o civil…todo cerraba. Todo indicaba que eras la segunda…la amante.





“estas matándome…por favor, necesito verte…déjame explicarte, déjame decirte la verdad. Hace una semana que no vivo”…suspiraste al leer otro de los mensajes. Tuvo mucho tiempo para hacerlo, y sin embargo, decidió seguir ocultándote la otra parte de su vida.

“Fui a tu casa hoy…Clara me dijo que no estabas, y se perfectamente que estabas ahí, la luz de tu cuarto estaba prendida. Me contuve para no trepar por el árbol”…tu corazón latió, había venido a buscarte. No es que te hizo sentir mejor…pero, lo había hecho. En realidad, sabias que venía todos los días, Clara misma te lo decía…pero todo pasaba cuando el ya no estaba.   Decidiste no leer más nada, y borrar el resto de los mensajes.





El timbre sonó y tu corazón se detuvo…porque al mismo tiempo que el timbre sonó, también lo hizo tu celular. Era Pedro…no era un mensaje.

Para cuando quisiste reaccionar, ya habías atendido…una vez más, tu cuerpo no pidió permiso.






-mi amor—lo escuchaste decir…su voz sonaba apagada—sé que estás ahí—dijo el, y tu cara comenzó a empaparse—Pau…por favor mi vida—dijo él y  un sollozo escapo desde lo mas profundo de tu garganta—mi amor—repitió el otra vez, y con su voz cargada de angustia…¿sería verdad esa angustia?...Creías que lo conocías como nadie, asi como ahora, que lo escuchabas angustiado, ¿seria asi? ¿estaria mal al igual que vos?—mi vida—repitio—

-¿Qué querés Pedro?...¿Por qué querés seguir lastimándome? ¿Qué te hice?...te di mi corazón…te di todo…¿Por qué?... prometiste que no ibas a lastimarme…me lo prometiste—dijiste y el nudo en la garganta se hizo mas grande—

-lo se mi amor…sé que me diste todo, tu corazón es el regalo más lindo que me diste…soy un estúpido, un idiota. Prometí al amor de mi vida que jamás iba a lastimarla y no pude cumplir—dijo el, y sorbiste la nariz— déjame explicarte…solo eso, por favor…por favor—lo escuchaste decir y lo notabas algo agitado—

-Con haber visto tengo suficiente Pedro—dijiste y era lo que sentías…aunque en el fondo, muy en el fondo, una vocecita te decía que lo escucharas—

-lamento tanto que hubieras tenido que ver eso…tengo tanta bronca por haberte lastimado de esa forma…te juro que jamás quise hacerlo. Las cosas así pasaron, y te juro que no es lo que parece—lo escuchaste decir—dame la oportunidad de decirte la verdad—dijo el—

-¿Qué verdad?...¿la de que todo este tiempo fui tu amante? ¿la de que todo este tiempo me viste la cara de estúpida?—dijiste y esta vez, con bronca—¿Qué me vas a decir Pedro?—levantaste la voz—

-Tenés  razón… pero no fuiste mi amante…fuiste mi novia, mi amor, mi vida Paula…sos mi vida—dijo él y tus lagrimas escapaban cual catarata…no tenian intención de detenerse—por favor…déjame explicarte—dijo el y suspiraste—

-No puedo…no puedo—dijiste hipando—no quiero que me lastimes más…no quiero, me desarmaste Pedro—dijiste llorando—

-No me digas eso mi amor…por favor—dijo el, y por primera vez, lo escuchaste llorar—yo también estoy desarmado, por haberte lastimado, por haber sido tan estúpido…pero te pido una oportunidad—dijo el, y recordaste que el timbre habia sonado minutos atrás. Caminaste hasta la puerta y miraste por la ventanita del costado de la puerta. Y tu corazon se apretó…Pedro estaba alli afuera, con el teléfono en su oído…y efectivamente, llorando—



......................................................................................................


Buenas!!!!! acá estoy, presente, cumpliendo con ustedes! les dejo el capitulo Cincuenta y cuatro, que espero les guste y  mas todavia, que COMENTEN. es lo único que les pido.



Si hay MUCHOS, MUCHOS, MUCHOS comentarios, mañana tienen otro...pero solo si hay MUCHOS, y (con muchos  me refiero a mas de 10). Y CON NOMBRE DE TWITTER.


linda noche!!!! @PauliterBel.



Cualquier cosilla>>   (PREGUNTEN QUE ME ABURRO)   >>>>  http://ask.fm/BeluPauliterr.




12 comentarios:

  1. Ay pobre q situación difícil.... ojala no le siga haciendo mal

    ResponderEliminar
  2. ayyy necesito el cap 55 ya, amo la nove

    ResponderEliminar
  3. Ayyyyy, por favor, que lo deje explicarle, seguro que tiene una buena explicación. Adoro esta novela, pero no nos hagas sufrir más x favorrrrrrrrr!!!!!!

    ResponderEliminar
  4. no la podessssss dejar ahi. shoroooo

    ResponderEliminar
  5. oooh que situación triste pobre los dos sufriendo.. pero Pedro beso a otra mina.. no se si lo perdonaría.. :(

    ResponderEliminar
  6. Noooo no lo podes dejar así!!! Quiero saber q va a pasar!! mimiroxb

    ResponderEliminar
  7. no, no lo podes dejar asi.... espero el otro con ansiassssss!!

    ResponderEliminar
  8. no nos hagas sufrir mas que le de una oportunidad por favor no me hagas llorar mas, besos espero el sig

    ResponderEliminar
  9. Te odio con toda mi alma. Sheshe

    ResponderEliminar
  10. Que lindo capitulo! ojala Pepe tenga una muy buena explicación y no la haya engañado a Pau... reconciliación! jajajaj

    ResponderEliminar
  11. Muy buen capítulo, pero... ya quiero leer la explicación que justifique todo!

    ResponderEliminar
  12. muy lindooo pero no lo podes dejar asi,que le habra la puerta

    ResponderEliminar