miércoles, 8 de abril de 2015

Capitulo 7





El jueves había llegado, y también lo que este día acarreaba, tenías cita con el doctor más sexy del mundo. 

Había algo dentro tuyo que no te dejaba estar tranquila, en un principio, estabas tan frustrada porque no podías moverte demasiado, pero sabias que todas estas horas ahí sentada y quieta en tu banco, iban a tener un final feliz…o bueno, vos eras feliz con ello.


El timbre de salida por fin sonó, y con ayuda de tus amigas, caminaron hacia afuera, para que luego Oscar prácticamente te cargara en brazos y te subiera al auto, a veces era un exagerado, pero lo cierto era que no tuviste que hacer ningún tipo de trabajo para subir.

 Una vez que emprendieron el viaje hacia la clínica, te diste cuenta de que estabas muriendo de hambre, y pensaste que fue lo que te había llevado a decir que si en cuanto a las consultas después del colegio, ¿en que mierda estabas pensando?, estabas famélica…bueno, si, eras exagerada, pero tu estomago rugia.

Cuando  llegaron a la clínica, Oscar te ayudo a bajar nuevamente y te acompaño hasta la sala de espera, donde la recepcionista te dijo que el doctor estaba esperándote; asi que sin darte cuenta, te alisaste la ropa y te peinaste con los dedos, acción que te hizo ruborizar al caer en lo que habías hecho, y ¿para qué?, la respuesta estaba escondida en el fondo de tu interior…y era para él. 


Caminaste hasta el consultorio que se encontraba al final del pasillo, y abriste la puerta suavemente para asomar la cabeza y ver si el estaba allí, efectivamente lo estaba.






-Hola—dijiste, mientras entrabas lentamente-

-¡Pau! ¡hola! ¡Pasa!—te dijo alegremente, mientras se ponía de pie. En ese momento se quedo parado a unos metros de distancia, y pudiste notar que estaba mirándote de arriba abajo, automáticamente bajaste la vista y luego lo sentiste acercarse a vos, para dejar un beso en tu mejilla, vos, simplemente te quedaste quieta en tu lugar, sin saber como reaccionar, solo respiraste profundamente—¿Cómo estas? ¿mejor?—pregunto el, mientras corria la silla para que pudieras sentarte—

-Bien, gracias…sigo con dolores, pero ya no son tan intensos—dijiste y lo viste sonreírte—

-Bien, ¿estas lista? ¿comenzamos?—pregunto y asentiste—

-Si, cuando usted diga—dijiste y levantaste la vista, la sonrisa se le habia borrado de repente, y supiste al instante lo que habia pasado—perdon, cuando digas—reformulaste la respuesta y el volvió a sonreir—

-Perfecto—dijo el—

-¿Qué tengo que hacer?—preguntaste—

-¿vos?, nada…solo acostarte en la camilla, y te voy a poner estos parches—dijo agarrándolos y mostrándotelos, estaban conectados a una maquina junto a la camilla—son como masajes, pero no lo son. Con esto vas a estar unos quince minutos y despues si, yo mismo te hago los masajes—te dijo y tu corazón dio un salto en tu interior. Ibas a sentir sus grandes manos sobre tu piel—

-esta bien—dijiste y te señalo la camilla—

-Te dejo para que puedas cambiarte—dijo el. Y sonreíste por dentro, ese “cambiarte”, significaba que tendrías que sacarte la remera del colegio, y quizás el corpiño, pero como la primera vez, ahora, querías que fuera el quien te lo desprendiera, asi que te lo dejaste puesto y te acostaste boca abajo—

-Listo—dijiste en voz alta, y segundos después, lo viste aparecer—

-Bueno, te voy a poner esto—te dijo—pero Pau, necesito que te desprendas el corpiño—te dijo y simulaste dificultad para llevar tus brazos detrás de tu espalda, y el lo noto, lo habias logrado, sonreíste—deja, te lo desprendo yo—dijo el—

-Gracias—respondiste y luego de que te pusiera los parches, comenzaste a sentir el leve cosquilleo—¡ay!—dijiste—esto no son masajes—dijiste y lo escuchaste reir—

-Te dije que no lo eran…son como cosquillas—dijo el-

-Medio fuertes las cosquillas—dijiste y volvió a reir—

-Vos decime hasta donde te sentís comoda, tengo que aumentar la intensidad—dijo el-

-Okey—respondiste, y comenzó a subir la intensidad de las cosquillas, hasta que le pediste que se detuviera-






El te dejo unos minutos sola, y luego volvió con una silla para sentarse a tu lado, o bueno, del lado donde estaba tu cara.







-¿Aburrida?—pregunto, mientras anotaba algo en su libreta—

-mmm mas o menos—dijiste—

-¿queres charlar? ¿o preferís el silencio?—pregunto y sonreíste—

-Charlar, un aburrimiento si no—dijiste y lo escuchaste reir—

-Bien…¿Cómo te fue en el colegio?—pregunto—

-Bien…no pude moverme, pero bien, y soy bastante inquieta—dijo—

-Uy, que mal entonces—dijo el—

-¿y vos? ¿todo bien aca?—preguntaste-

-Si, mucha gente, y la mayoría señoras mayores—dijo el y reíste—

-Cuantas quejas, ¿no?—dijiste y el rio—

-bastantes—dijo el—¿tenes hambre?, no te deje almorzar, ¿verdad?, estaras odiándome—dijo el, riendo—

-Un poco sí, pero ya se me paso—dijiste—

-¿Cuántos años tenes?—pregunto el—

-Dieciocho, ¿vos?—preguntaste, y esto era lo que mas te intrigaba—

-Veinticinco—respondio, y mordiste tu labio inferior. No era tan grande y era hermoso—

-¿te recibiste este año?—preguntaste—

-No, el año pasado, pero desde hace dos trabajo aca. Mi mama  es la directora de la clínica, y estaban necesitando un traumatólogo—dijo el-

-Ah, buenísimo entonces—dijiste-

-Si, me vino perfecto, además me gusta mucho—dijo el—

-que lindo—dijiste—

-¿Tenes novio?—soltó sin ningún tipo de anestesia, y sonreíste. Esto estaba poniéndose interesante—

-Nop…¿vos?—preguntaste, y en ese momento, comenzaste a escuchar un pequeño sonido, o bueno, una alarma—

-Tengo que seguir con los masajes, asi ya poder irte a almorzar—te dijo, solo asentiste. Sentiste que quitaba los parches de tu espalda, y a los pocos minutos sentiste sus grandes y calidas manos, deslizándose por tu espalda. Podrias estar asi el resto de tu vida. Unos diez minutos despues, los movimientos se detuvieron—terminamos por hoy Pau, podes cambiarte—te dijo, y segundos despues, desapareció de tu campo visual—






Cuando estuviste cambiada, te quedaste parada junto al escritorio de Pedro, y esperaste a que volviera para poder irte. Cuando lo hizo, notaste que no traía buena cara.





-¿estas bien?—preguntaste—

-Si, no te preocupes—trato de sonreírte—¿Nos vemos el martes?, quiero que te andes con cuidado, y sin ningún esfuerzo. Podes empezar a moverte pero despacio, ¿si?—te dijo y asentiste—

-Perfecto…nos vemos el martes—dijiste, y aunque lo dudaste, esta vez, fuiste vos quien se acerco para besar su mejila y salir disparada del consultorio.




Y una vez que estuviste fuera, pudiste respirar con normalidad. Ese hombre te ponía de una manera que no era capaz de reconocer…pero en fin…podia hacerte pasar por distintas sencaciones en tan solo media hora, como lo habia hecho hace unos minutos. 


Y ahora, solo querias que el martes llegara para volver a verlo…tu doctor te tenia loquita.


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Buenas!!!!! acá estoy, presente, cumpliendo con ustedes! les dejo el capitulo siete, que espero les guste y  mas todavia, que COMENTEN. es lo único que les pido.



Si hay MUCHOS, MUCHOS, MUCHOS comentarios, mañana tienen otro...pero solo si hay MUCHOS, y (con muchos  me refiero a mas de 10). Y CON NOMBRE DE TWITTER.


linda noche!!!! @PauliterBel.

10 comentarios:

  1. Ayyyyy, cómo me gustó este cap jaja. Me encanta esta historia. @SilvinaAraceliR

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  2. me encanta la historiaaaaa @carlaanabel2009

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  3. Aaay!!! Que emoción!! Me encantooo el capitulo!!!!

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  4. Porque no le contesto si tenia novia..?? Me encanta la historia! @Floor_PauChaves

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  5. Que capitulo!!!! me encanto! ya quiero leer el próximo! @EmiBarrios besos

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  6. Otro!! Me encanta @paucypeterafc

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  7. Subí otro!! @amorpauypeter

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