El jueves había llegado, y también lo que este día
acarreaba, tenías cita con el doctor más sexy del mundo.
Había algo dentro tuyo
que no te dejaba estar tranquila, en un principio, estabas tan frustrada porque
no podías moverte demasiado, pero sabias que todas estas horas ahí sentada y
quieta en tu banco, iban a tener un final feliz…o bueno, vos eras feliz con
ello.
El timbre de salida por fin sonó,
y con ayuda de tus amigas, caminaron hacia afuera, para que luego Oscar
prácticamente te cargara en brazos y te subiera al auto, a veces era un
exagerado, pero lo cierto era que no tuviste que hacer ningún tipo de trabajo
para subir.
Una vez que emprendieron el viaje hacia la clínica, te diste cuenta
de que estabas muriendo de hambre, y pensaste que fue lo que te había llevado a
decir que si en cuanto a las consultas después del colegio, ¿en que mierda
estabas pensando?, estabas famélica…bueno, si, eras exagerada, pero tu estomago
rugia.
Cuando llegaron a la
clínica, Oscar te ayudo a bajar nuevamente y te acompaño hasta la sala de
espera, donde la recepcionista te dijo que el doctor estaba esperándote; asi
que sin darte cuenta, te alisaste la ropa y te peinaste con los dedos, acción
que te hizo ruborizar al caer en lo que habías hecho, y ¿para qué?, la
respuesta estaba escondida en el fondo de tu interior…y era para él.
Caminaste
hasta el consultorio que se encontraba al final del pasillo, y abriste la
puerta suavemente para asomar la cabeza y ver si el estaba allí, efectivamente
lo estaba.
-Hola—dijiste, mientras entrabas
lentamente-
-¡Pau! ¡hola! ¡Pasa!—te dijo
alegremente, mientras se ponía de pie. En ese momento se quedo parado a unos
metros de distancia, y pudiste notar que estaba mirándote de arriba abajo,
automáticamente bajaste la vista y luego lo sentiste acercarse a vos, para
dejar un beso en tu mejilla, vos, simplemente te quedaste quieta en tu lugar,
sin saber como reaccionar, solo respiraste profundamente—¿Cómo estas?
¿mejor?—pregunto el, mientras corria la silla para que pudieras sentarte—
-Bien, gracias…sigo con dolores,
pero ya no son tan intensos—dijiste y lo viste sonreírte—
-Bien, ¿estas lista?
¿comenzamos?—pregunto y asentiste—
-Si, cuando usted diga—dijiste y
levantaste la vista, la sonrisa se le habia borrado de repente, y supiste al
instante lo que habia pasado—perdon, cuando digas—reformulaste la respuesta y
el volvió a sonreir—
-Perfecto—dijo el—
-¿Qué tengo que hacer?—preguntaste—
-¿vos?, nada…solo acostarte en la
camilla, y te voy a poner estos parches—dijo agarrándolos y mostrándotelos,
estaban conectados a una maquina junto a la camilla—son como masajes, pero no
lo son. Con esto vas a estar unos quince minutos y despues si, yo mismo te hago
los masajes—te dijo y tu corazón dio un salto en tu interior. Ibas a sentir sus
grandes manos sobre tu piel—
-esta bien—dijiste y te señalo la
camilla—
-Te dejo para que puedas
cambiarte—dijo el. Y sonreíste por dentro, ese “cambiarte”, significaba que
tendrías que sacarte la remera del colegio, y quizás el corpiño, pero como la
primera vez, ahora, querías que fuera el quien te lo desprendiera, asi que te
lo dejaste puesto y te acostaste boca abajo—
-Listo—dijiste en voz alta, y
segundos después, lo viste aparecer—
-Bueno, te voy a poner esto—te
dijo—pero Pau, necesito que te desprendas el corpiño—te dijo y simulaste
dificultad para llevar tus brazos detrás de tu espalda, y el lo noto, lo habias
logrado, sonreíste—deja, te lo desprendo yo—dijo el—
-Gracias—respondiste y luego de
que te pusiera los parches, comenzaste a sentir el leve
cosquilleo—¡ay!—dijiste—esto no son masajes—dijiste y lo escuchaste reir—
-Te dije que no lo eran…son como
cosquillas—dijo el-
-Medio fuertes las cosquillas—dijiste
y volvió a reir—
-Vos decime hasta donde te sentís
comoda, tengo que aumentar la intensidad—dijo el-
-Okey—respondiste, y comenzó a
subir la intensidad de las cosquillas, hasta que le pediste que se detuviera-
El te dejo unos minutos sola, y
luego volvió con una silla para sentarse a tu lado, o bueno, del lado donde
estaba tu cara.
-¿Aburrida?—pregunto, mientras
anotaba algo en su libreta—
-mmm mas o menos—dijiste—
-¿queres charlar? ¿o preferís el
silencio?—pregunto y sonreíste—
-Charlar, un aburrimiento si
no—dijiste y lo escuchaste reir—
-Bien…¿Cómo te fue en el
colegio?—pregunto—
-Bien…no pude moverme, pero bien,
y soy bastante inquieta—dijo—
-Uy, que mal entonces—dijo el—
-¿y vos? ¿todo bien
aca?—preguntaste-
-Si, mucha gente, y la mayoría
señoras mayores—dijo el y reíste—
-Cuantas quejas, ¿no?—dijiste y
el rio—
-bastantes—dijo el—¿tenes
hambre?, no te deje almorzar, ¿verdad?, estaras odiándome—dijo el, riendo—
-Un poco sí, pero ya se me paso—dijiste—
-¿Cuántos años tenes?—pregunto
el—
-Dieciocho, ¿vos?—preguntaste, y
esto era lo que mas te intrigaba—
-Veinticinco—respondio, y
mordiste tu labio inferior. No era tan grande y era hermoso—
-¿te recibiste este
año?—preguntaste—
-No, el año pasado, pero desde
hace dos trabajo aca. Mi mama es la
directora de la clínica, y estaban necesitando un traumatólogo—dijo el-
-Ah, buenísimo entonces—dijiste-
-Si, me vino perfecto, además me
gusta mucho—dijo el—
-que lindo—dijiste—
-¿Tenes novio?—soltó sin ningún
tipo de anestesia, y sonreíste. Esto estaba poniéndose interesante—
-Nop…¿vos?—preguntaste, y en ese
momento, comenzaste a escuchar un pequeño sonido, o bueno, una alarma—
-Tengo que seguir con los
masajes, asi ya poder irte a almorzar—te dijo, solo asentiste. Sentiste que
quitaba los parches de tu espalda, y a los pocos minutos sentiste sus grandes y
calidas manos, deslizándose por tu espalda. Podrias estar asi el resto de tu
vida. Unos diez minutos despues, los movimientos se detuvieron—terminamos por
hoy Pau, podes cambiarte—te dijo, y segundos despues, desapareció de tu campo
visual—
Cuando estuviste cambiada, te
quedaste parada junto al escritorio de Pedro, y esperaste a que volviera para
poder irte. Cuando lo hizo, notaste que no traía buena cara.
-¿estas bien?—preguntaste—
-Si, no te preocupes—trato de
sonreírte—¿Nos vemos el martes?, quiero que te andes con cuidado, y sin ningún
esfuerzo. Podes empezar a moverte pero despacio, ¿si?—te dijo y asentiste—
-Perfecto…nos vemos el
martes—dijiste, y aunque lo dudaste, esta vez, fuiste vos quien se acerco para
besar su mejila y salir disparada del consultorio.
Y una vez que estuviste fuera,
pudiste respirar con normalidad. Ese hombre te ponía de una manera que no era
capaz de reconocer…pero en fin…podia hacerte pasar por distintas sencaciones en
tan solo media hora, como lo habia hecho hace unos minutos.
Y ahora, solo
querias que el martes llegara para volver a verlo…tu doctor te tenia loquita.
Buenas!!!!! acá estoy, presente, cumpliendo con ustedes! les dejo el capitulo siete, que espero les guste y mas todavia, que COMENTEN. es lo único que les pido.
Si hay MUCHOS, MUCHOS, MUCHOS comentarios, mañana tienen otro...pero solo si hay MUCHOS, y (con muchos me refiero a mas de 10). Y CON NOMBRE DE TWITTER.
linda noche!!!! @PauliterBel.
Ayyyyy, cómo me gustó este cap jaja. Me encanta esta historia. @SilvinaAraceliR
ResponderEliminarme encanta la historiaaaaa @carlaanabel2009
ResponderEliminarAaay!!! Que emoción!! Me encantooo el capitulo!!!!
ResponderEliminarPorque no le contesto si tenia novia..?? Me encanta la historia! @Floor_PauChaves
ResponderEliminarme super encanto muy lindo cap
ResponderEliminarQue capitulo!!!! me encanto! ya quiero leer el próximo! @EmiBarrios besos
ResponderEliminargenial este cap.me encantó
ResponderEliminarYa ya otro!! Amo!
ResponderEliminarOtro!! Me encanta @paucypeterafc
ResponderEliminarSubí otro!! @amorpauypeter
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